Los pellets de madera de calidad son aquellos que producen pocas cenizas durante su combustión. En general, para garantizar la calidad de los gránulos se consideran dos factores: la durabilidad mecánica y el contenido de agua.

La durabilidad mecánica depende de la densidad de los gránulos y de la forma en que se fabriquen. Cuanto mayor sea su densidad, más sólidos serán los pellets y mejor podrán contrarrestar los golpes producidos durante el transporte. Además, su eficiencia de combustión también será mayor. La superficie de los pellets de calidad es muy suave y cuenta con pocas grietas o ninguna. Si los pellets se agrietan o se rompen, significa que el contenido de agua de los gránulos es demasiado alto o que la peletización no se ha realizado correctamente. La longitud de los pellets no es tan importante como los factores anteriores, aunque si los pellets son demasiado largos (de más de una pulgada) pueden llegar a dañar la estufa.

A menor cantidad de agua, mayor será la energía que los pellets emitirán durante la combustión. Sin embargo, se necesita cierta agua para el proceso de peletización. Por lo tanto, nuestro objetivo será reducir la mayor capacidad de agua posible siempre y cuando no afecte al proceso de peletización. El contenido de agua adecuado es inferior a un 10% ya que un porcentaje mayor disminuye la eficiencia de la combustión.