Para empezar, es importante entender qué es la biomasa y qué es el pellet. La biomasa se refiere a cualquier materia orgánica que se puede utilizar como fuente de energía renovable. Esto incluye desde la madera y los residuos agrícolas, hasta los residuos de alimentos. El pellet, por su parte, es un tipo de biomasa que se produce a partir de la compactación de los  subproductos de la madera, como serrín y astillas.

Ahora bien, ¿por qué es importante hablar sobre la sostenibilidad y el medio ambiente asociado a la compra de biomasa, y en particular de pellet? Pues, en primer lugar, la biomasa es considerada una fuente de energía renovable, lo que significa que su uso no contribuye al calentamiento global y la emisión de gases de efecto invernadero, siempre y cuando se produzca y utilice de manera sostenible. Además, tiene un bajo impacto ambiental en comparación con otros combustibles fósiles, como el petróleo y el gas.

Este combustible tiene algunas ventajas específicas en términos de sostenibilidad y medio ambiente. Además, el pellet tiene un alto poder calorífico y una baja emisión de cenizas y partículas, lo que lo hace más eficiente y menos contaminante que otros combustibles.

Al elegir comprar pellet, es importante asegurarse de que se haya producido de manera sostenible, y considerar factores como la protección de los bosques y la biodiversidad, la gestión adecuada de los residuos y la minimización de la huella de carbono. Esto se puede encontrar en los certificados de calidad como por ejemplo PEFC (garantiza la sostenibilidad del producto) y ENPLUS (Garantiza la calidad).

En conclusión, la compra de biomasa, especialmente de pellet, puede ser una forma sostenible
y responsable de obtener energía renovable; y de esta forma cuidar el medio ambiente.